viernes, 1 de enero de 2010

DARLE LO MEJOR, ENTRAR EN SU MUNDO




En un momento de clamor el alma se inquieta,
atreverse a preguntar,
¿Qué ocurre?
Dice para su intimidad
--solo a mi me pudo haber pasado—
son elementos cancerosos,
alterados componentes extraños;
multiplicándose dentro del cuerpo,
advertir eso,
es tanta condena, emocional y duele,
células desordenadas y necias,
buscando el oxigeno
transitando hacia órganos
empeñados en no dejarse morir y,
encontrando el sublime deseo de auxiliarse,
duele saber que están dominando,
que, están proliferando.
Bueno sería echar una manita,
como a numerosos seres que hoy en día,
viven en desesperanza,
desaliento,
cayendo en un estrés,
sin solución,
sintiendo que nunca emergerá.
Estar en una difícil realidad.
Hablar,
consolar,
dejar que se desarrolle la energía que queda.
Más para sí,
utiliza el sol como ente de conversación,
monologo que el rey escucha,
bloqueando los componentes negativos,
eliminando los mecanismos que intervienen
para extenderse íntimamente dentro de
su organismo.
Sentarse bajo el sol radiante,
con la mirada en éxtasis,
es una quietud extremada,
así; excede el momento, día a día,
sin pensar en que alguien envía
pensamientos y miradas,
esa actitud hace madurar;
sonríe volublemente,
darle lo mejor entrar en su mundo,
entregarle cuanta ternura necesita.
Esta en descontrol al caer
figurándose al filo de una situación
en la que la mente divaga,
indiscutiblemente;
llora
y ríe.


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