Cuando la pasión se marcha,
solo existe el deseo de morir,
es un aguijón que nace perdido
en la soledad,
que como un stress
desalienta nuestro entorno
un desanimo que irrumpe el alma.
Cuando la pasión se va,
queda un desprecio que rodea la esencia,
haciéndose desaire a uno mismo.
Cuando el brío ya no está,
solo falta sucumbir,
dejar irse el aliento.
Mi pasión era las alas de paloma,
era la piel de la oveja.
el almíbar de rosas y flores y,
También las amantes mariposas.
Todo insistía en ser mi pasión,
Has de saber tú,
¿Adónde se ha marchado,
mi exaltación, mi fogosidad y
mi animación,
dime,
--a donde busco la miel de mis abejas—
agonizo, un poco mas y,
mi respiro
se despide.
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