viajando en primera clase,
ratos pensar
cabecear y dormir
siempre
a la expectación
Te quedas dormido
Me sueñas
con los mismos atuendos
el jeans y la blusa nívea
que solía exhibir en mis retratos
De nuevo otra vez en el viento
respirando aire fresco
amándome como cuando
el frio nos llovía
Colocas ternura en mi mente
fragmentas tu verbo
y besándome vuelas,
tú eres vientre victoriosa
me llamas, me dices –princesa ven—
tu mano extendida
emanando pasión
me entregas la luz.
Llegas a tu destino
que oscilas entre
el rescate y el recelo
te has querido bajar
de este tren
y lloras, hago
que tus lagrimas caigan cual
diamantes fluorescentes,
Es el más sublime obsequio
que me das y, lo que queda
después de ti
el amarme
eternamente.
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