lunes, 12 de abril de 2010

El perfecto de mi alma

Un silencio reina en acuerdo,

atesorado en sosiego el alma,

A veces melancólico otras desigual,

mas siempre se llega al reposo.

Grisáceo es cuando no se queda,

mas cuando viene, el albur de la vida

es destino cercano al borde del amor.


Ayer la pasión habida, excedía

Yéndose de las manos el embeleso

en el instante que habló del otoño

en su vida.

Viviendo en las fauces de las

hojas que el viento hacia volar hasta

un huerto extraño, suponerse viejo,

palabras absurdas de un etéreo simular.


Ayer cuando los ilustres propósitos

eran sanar y, ensoñar con la música

del céfiro, un pergamino fructificaba,

y la quietud que el alma ejerce.

anunciaba un reformar.

Ayer fuè pasión.

Hoy nada varía. El silencio se remueve

en la placidez de su verbo

ir a su encuentro es lo más bello,

existe la misma calma atesorada

dejándose plasmar la silueta

oculta de su imagen, entonces

sigue siendo

el perfecto de mi alma.

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