jueves, 22 de mayo de 2014

Te Busqué entre montañas y selvas

Te Busqué entre montañas y selvas Obedecían las personas a la costumbre de escribir las cartas de modo impecable, por cada carta mal escrita era como ir desvaneciendo el espíritu de la buena educación. Si la carta era de amor se debía hacer notar cuánto se amaba a ese ser a quien iba dirigido el mensaje, de esa manera se demostraba ser educada, era como hacer sentir importante al dueño de tu corazón. La epístola comprometía a una rutina de un saludo que hiciera sentir a la otra persona que era real lo dicho, un contenido que se interpretara a la perfección y un final de igual manera, sentido y al mismo tiempo solidario. A la Realeza le preocupaba que un día este tipo de correspondencia fuera cosa del pasado y, sabéis qué, al mirar que las cartas empezaron a escribirse totalmente sin sabor, pronto todo esto fue cosa del pasado…Os contaré en un relato porqué mis cartas no fueron vistas por mi esposo desde el día que se fue al exilio... Entre todas las chicas que habían abordado aquella nave para los años de la conquista estaba yo, observando el miedo y la intrepidez de cada una, es que me había disfrazado de prostituta, profesión a la que nunca me hubiera acostumbrado por mi carácter y por lo sumisa que desde siempre fui pero, allí venía como si fuera una de ellas... Las mujeres que abordaban la nave eran veinte que radicaban en Buenos Aires y por azares del destino también yo ahí, como una entrometida y curiosa (eso daba a entender pero nadie sabía mi verdadero propósito en el intento de este viaje). Habíamos bautizado la nave con el nombre de “El Flor de Liz”. Una peculiaridad fue que todas éramos blancas de piel y muy guapas, candelas de pura cepa pero a mí, el cabello me delataba en algunas ocasiones frente a los oficiales de la nave que eran de Harstad, ninguna lo tenía como el mío, rojo como el sol del verano y largo como los días que navegábamos en un inmenso océano sin apreciar la rosa de los vientos o danzarle a la Flor de Liz para que nos revelase la zona donde se timoneaba nuestra nave. La verdad es que íbamos a la intemperie, en momentos disfrutábamos del panorama viendo las hermosas criaturas en vuelo haciendo figuras como las gaviotas que anunciaban hacía donde podríamos dirigirnos pues, ellas conocen el trayecto hacia tierras cálidas. Como dije antes, a mí me delataba el color del cabello y mis favorecidas pecas así que siendo el patito feo de la nueva comarca creía que podrían tramar algo contra mí pero, la realidad era otra y, así como ellos tenían su cautela yo también tenía la mía, por lo que debía respeto. Tantos fueron los días de navegación que apenas comíamos y dormíamos cuidándonos de los hombres que habitaban en El Flor de Liz, ya que estaban prestos a nuestros cuerpos, sin embargo conmigo era otra clase de afecto, se podía ver una devoción por parte de aquellos barbudos y lujuriosos hombres, ningún caballero entre todos. A mí me habían asignado un aposento donde tenía algunos privilegios como el de tener agua suficiente para la ducha pero, en el momento en que pensé darme un baño escuché como el cabeza de aquella sociedad decía ¡Cuidado con Mía! Todas nos vimos a los ojos y ninguna adivinaba quien era Mía, entonces comenzó nuestra angustia y yo aparentemente calmada me decidí a la investigación, hice un análisis del dominio que tenía sobre el grupo de mujeres y me obligué a indagar sobre cada una descubriendo qué todas eran singulares había intrépidas, valientes, esforzadas, bravas, emprendedoras, ingeniosas, laboriosas, abusadas, maltratadas, obligadas, pero todas licenciadas, universitarias, profesionales sin par, porque las mujeres somos todo en una, fue allí donde tuve que buscar un nombre para asignarles a todas, un nombre que dijera en una palabra lo que ellas representaban y me dije: todas nos llamaremos MÍA queriendo abreviar las palabras MENTES INFALIBLES AFIRMADAS… LA NOCHE DE LOS INFIERNOS así le llamamos al momento en que todos aquellos hombres obscenos se dispusieron atender a sus instintos carnales, aquella noche todas estábamos durmiendo cuando se escucharon unos pasos como de botas y un olor fuerte como a sudor de hombre sucio, me desperté y me levanté preparando la banda de féminas para el ataque que estos pretendían dar, una a una sacudí poniéndonos en guardia con lo que teníamos a nuestro alcance, después de varias horas de lucha hasta la madrugada lograron doblegarnos a las veintiún mujer, llevándolas hasta una celda en conjunto pero a mí, me apartaron de todas, porque se decía que buscaban a la que les había anunciado la hechicería de los vientos del sur, así que todas intrigadas comenzamos a investigar por qué a mí me aislaban, es que quizá yo fuese la que ellos querían. Hasta ahora no les he dicho mi nombre, fui bautizada en la corte como Juana, soy Juana la reina repudiada, ya sabrán más adelante respecto a mí. Bueno a todo esto me propuse otra indagación y tuve que hacer amistad con un hombre quizá el más sucio y demente de todos, era el qué me ofrecía agua para beber tirándola en mi rostro violentamente, este me dijo que el jefe me había observado muy bien y que yo poseía algo que ellos querían, arriesgándome busqué entre mis haberes que era lo que yo tenía y no hallé nada exótico que llamara la atención, pero una MIA muy audazmente vio en mi cuerpo algo que solamente yo tenía. Al finalizar el día me jalaban torpemente buscando en mi cuello el plano con la esperanza de ver si nos acercábamos al lugar donde supuestamente llegaríamos. Realmente el dichoso lugar estaba grabado en mi cuello, (cosas de Mambrú mi esposo...) ...Era de tarde cuando nos acercábamos a tierras de, Quauhtlemallan que quiere decir…”Lugar de bosques o tierra de muchos árboles”. Y yo en vigilia... Ciertamente todos estaban cansados y la mayoría dormía, no obstante me sentía en la víspera de nuevas tierras, nuevas oportunidades pero no olvidaba lo que me llevó a esta odisea así que estaba en la proximidad de nuevos acontecimientos. Ahora mis ojos descubrían un paraíso marítimo, un arrecife dentro de la mar, entonces el más feo y loco de todos los hombres acercándose a mí, se reía desmesuradamente, a este llamaban Boletín pero su verdadero nombre nadie lo sabía ni el mismo porque había perdido la memoria en la guerra, una ofensiva que no sabíamos si inventaba o en realidad había peleado contra los guerreros del oficial Otto de apellido con raíz española según la Rea…Pérez. Se acercaba mansamente y con un dedo señalaba un caballito de mar y, una ostra, las miraba fijamente y luego me miraba como semejándonos los dos a estos moluscos, me decía –parecidos a nosotros—más, no le ponía atención ya que era un delirante más en esta nave…En un momento de lucidez me contó que la guerra había concluido en el enfrentamiento de Tlaxcaltecas y los españoles comandados por Alvarado contra la comarca Quiché y que fueron ellos…Los Quichés que le nombraron en su idioma maya Quauhtlemallan, que quiere decir “Tierras de bosques” traducida a su Náhuatl. Pensé que el trastornado perdía el juicio nuevamente cuando tontamente me dijo mi Náhuatl es el coyote… ¿Quién es tu Náhuatl? Mi Náhuatl es El Cóndor libre como el viento, es el viento mismo --le respondí-- Él demente se rió sorprendido especulando que yo no le captaba. Ahora tu que me lees dime ¿Quién es tu Náhuatl?… Había leído en un documento un nombre semejante a este, que Alvarado escribió a Mambrú mi esposo, donde le decía “Vente para Goathemala aquí seréis bien recibido por todos los que nos aventuramos y ahora ya comandamos un ayuntamiento” Así que ahora podía apostar que estaba más cerca de encontrar lo que buscaba. Eran a buen cálculo las seis de la mañana cuando atracamos en un arenal ¡Ah, qué belleza de playa! Todas las mujeres optamos por sacar nuestras vestimentas tanto como ellos, que sedientos y con deseos de una ducha, no dudaron en aventarse desde la nave, el oficial mayor fue el último en salir de ella con tanta alegría como los demás. ¡De repente ¡ volviendo hacia atrás veo que la nave se estaba incendiando y fue cuando alguien gritó ¡Fuegooo! La orden era que los navíos al llegar a algún lugar de América tenían que ser incineradas. Me senté a descansar observando a mujeres y hombres darse su baño, nadando y gozando de esta linda playa a las orillas de lo que hoy es el "Amante de todos los guatemaltecos RIO DULCE…" Los hombres colgaban en alguna rama su cinta de cuero y sacaban sus navajas para rasurase al verlos limpios me di cuenta que todos eran tan bellos, perfectos, sonrientes y fuertes, de buen parecer, las mujeres todas de hermoso cuerpo, sensuales y con una belleza exquisita, reían lavando sus ropas quedando completamente desnudas poniéndola al sol para que se secasen. Yo me escondí para disfrutar de mi baño sola, pero el oficial mayor me observó desde donde estaba y mando a traerme despojada de mis ropas mientras todos me miraban pero nadie me manoseaba pues decían --jefe es jefe— luego me entregaron unos de los vestidos más lindos que traían para las damas de la corte, manteniéndome cerca de él, hasta que llegase la tropa por nosotros. Hace muchos tiempo cuando los animales gobernaban el mundo “ había poetas entre los animales, estos cantaban en sus propias lenguas las batallas que tenían al cruzarse la línea que dividía sus territorios, quiero relatarles sobre ellos y su especialidad, esta que cada grupo de animales tenía, su forma de vida y sus propias costumbres les hacía seres inteligentes pero vino un tiempo en que los poetas animales con un cien por cien de inteligencia pregonaron los derechos de igualdad entonces todos se rebuscaron juntos la vida sin discriminación de género, de color, de era, ya no había lindero entre las urbes, en fin a todos les sonreía la vida. Pero un día un ser superior tuvo la idea de hacer unos nuevos seres para que gobernasen con mayor inteligencia y colocó dentro de su cabeza una masa mayor que la de los animales y cinco sentidos y uno más para ser utilizados en caso de necesidad e hicieron las cosas diferentes de los animales, de ellos fluía una cantidad de sandeces de la que cada uno se preguntaba ¿Qué era eso que les fluía? Hasta que hubo uno que dijo…--De ti emana algo que tiene muy mal olor— ¡Qué es, qué es? --Preguntaron los otros y, a esto le pondremos el nombre de ENVIDIA, así fue como nuestros ancestros pusieron nombre a cada cosa por el olor que tenía, si el olor era bueno se reunían para poner nombres que lo pareciera. Un hombre nació poeta en el tiempo de la mazorca llamárosle MACAL, el exteriorizo en EL MUNDO DEL MISTERIO VERDE que la DANTA O TAPIR es el símbolo de los poetas de la antigüedad. Describiéndolo más exactamente para que todo aquel que lea se instruya en las diferentes formas de vida poética animal en su lengua. Admiro a la DANTA-TAPIR, su piel, su fuerza, naturaleza, hábito, pasión, el poder que le pone a la vida. Un vivo ejemplo de que se puede ser valiente y esforzado. Entonces me levanté en medio de la fogata y comencé a danzar alrededor de todos los presentes moviendo mi cuerpo como lo hace una gacela danzarina en celo cuando el amor quema su vientre, cantándole a la DANTA O TAPIR, pues el Tapir me recordaba a mi hermoso MAMBRÚ fuerte y valiente, y yo dándome cuenta de que todos los hombres posaban sus ojos llenos de deseo sobre mí, uno a uno fui danzando buscando pareja hasta quedarme sentada en éxtasis embelesada nuevamente porque el sueño mío era encontrar mi dulce amor. Muchas lunas con sus soles pasaban a nuestros momentos y, nosotros ansiosos. Buscábamos raíces y algunas frutas exóticas como viandas, la fruta que más me gustaba era la Pitahaya roja, mmm ¡Que delicia de manjar el que tiene en su pulpa roja! Consiste en unas semillitas minuciosas entre ácidas y dulces, también metíamos nuestras manos en las cuevas adentro del agua dulce y para beber y sacábamos pescado para comerlo asado, los hombre mataban jabalíes que tienen una carne riquísima jugosa, hacíamos fogatas y nos alimentábamos para poder seguir la espera. Una noche se me ocurrió contarles un interesante cuento. Mientras tanto que levantaban un rancho de manaco para esperar los días en que apareciere la caballería, el oficial mayor cuidaba de mí poniéndome custodio conversando de los diferentes temas, que él creía que le podría sostener, y en los que se creía que me enmarañaba haciéndome preguntas capciosas las que no respondía porque iban contra mi integridad y la de mi esposo, así que pensando en que él doblaba su discurso me las ingeniaba para no soltar la lengua, también me ofrecía té del que se servía diciéndome la charla está buena, pero yo no lo bebía creyendo que me podía dormir y hacer de mí su doña. (Doñas les llamaron a todas las mujeres que se regalaban, se vendían, o sea a las que vinieron en la época colonial) Aquellos hombres todos guapos estaban muy entretenidos con las damitas que bailaban, bebían y hacían el amor para satisfacer sus instintos, cuando anunciaron que ya estaba al frente la caravana que nos llevaría hasta la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, lugar donde Alvarado había trasladado la ciudad haciendo el ayuntamiento allí dándole el nombre de Capital de Guatemala. Asignándoles a cada uno de los hombres y mujeres una bestia sin embargo a mí, me invitaron a subir a un carruaje seguidamente subió el mayor. Hubieron momentos en que teníamos que descansar en algún lugar donde había ríos de agua limpia, estuvimos en las playas de un rio tan ancho con sus aguas tan profundas y caudalosas llamado Rio Motagua, las lluvias hicieron estragos con nuestras provisiones pero no nos dábamos por vencidos seguíamos adelante esperanzados. Una tarda fingí estar muy enferma, uno de los hombres dijo que posible era una enfermedad por la picadura de un mosquito y, caí en cama, esta era un catre construido de bambú que me hicieron provisional y que trasbordaban cuatro indios vestidos con telas color beige que las damas españolas les enseñaron a tejer. Ingresé a la ciudad Santiago de los Caballeros bebiendo mucha agua y con el único deseo de hallar a Mambrú mi esposo pues yo era mujer de un solo hombre y ese era él, mi dulce amor. A tiempo que ingresamos a la nueva ciudad quemaron cohetes y anunciaban la fiesta con motivos especiales, era nuestra llegada la que formalmente celebraban. Entonces me llevaron en la cama hasta un cubículo donde se acercaron las monjas a revisar mi temperatura más, no encontraron que hubiera en mi agobio alguno y optaron por resguardarme hasta que me decidiera hablar. Mientras, las otras damas disfrutaban de la fiesta con arrogantes vestidos ellos y ellas, sintiéndose altaneros y orgullosas, allí se encontraban doña Dolores Bedoya y doña Beatriz de la Cueva de Alvarado, mujeres luchadoras esposas de los mandatarios de la ciudad que se acababa de liberar del reino español… Mientras todos bebían y se emborrachaban comencé mi búsqueda tras cortinajes decorados con finos encajes… Entre las cortinas se podría ver a las mujeres y hombres teniendo sexo, era la profesión que hacían a la perfección las doñas del concejo así se desarrollaban hasta que envejecían, habían viajado de tan lejos para servir a la corte de esa manera, cuando se embarazaban llamaban a las monjas para recibir la atención y luego se llevaban a los bebes con ellas. Lo mismo sucedía en los conventos con los sacerdotes y las monjas, ( veamos que estos también eran seres humanos y con necesidades fisiológicas como todo ser) lo insensato estaba en que allí se hallaban sepulcros de bebes, eso decían las blancas que recorrían los pasillos, la verdad es que yo en busca de mi Mambrú dejaba para después la investigación a esos sepulcros, ahora bien los otros niños que nacían fuera del convento estos si eran adoptados por algunas mujeres de abolengo que no deseaban arruinar su cuerpo con embarazos. Yo continuaba mi búsqueda entre cubículo y cubículo sin hallar nada interesante o una pista que me dijera donde podría estar Mambrú mi esposo. Regresando a mi cama fingí estar más enferma para no ser presentada con Alvarado que insistía en que me mostrase ante él. Yo inventaba dolor de cabeza y dolores de vientre, para que Alvarado se negara a la posibilidad de ver una mujer sin salud. Entonces todas las MIAS se unieron en la búsqueda ocultando los fines perseguidos, viéndome sufrir por el amor y sabiendo que el viaje había sido tan largo, incómodo, grave y peligroso, unimos nuestras fuerzas fisgoneando para encontrar a mi Mambrú. Entre las hermosas mujeres que habían llegado estaban las más hermosas ahora, todas mujeres sabias e inteligentes, fuera de lo que pretendían cuando un hombre se les acercaba, eras las amigas que leían cuánta publicación llegaba al Fb Gaceta chismografía de ese tiempo y, donde se acunaba cada mentira del alcaldía. Una de las grandes mentiras del gobierno era que todos los españoles y criollos tendrían que aprenden las lenguas de los indios para facilitar la comunicación con ellos, una de las estrategias para convencer a los indios que se debería cultivar sus costumbres. Como no sabían leer había un mensajero que en cada esquina pregonaba la paz duradera este leía la noticia del día, se hablaba lo que el gobernador decretaba, este día mandó un edicto que todos los presos políticos serían custodiados hasta el paredón de fusilamiento tres días después del anunciamiento, que también habría una limpieza masiva sin ver a quién. Que todos los presos tatuados y no tatuados tendrían las mejores viandas y que los indios que aún estaban afuera que eran los mejor portados tendrías que cultivar las tierras ociosas que aún no tenía propiedad, que al ser decretadas en propiedad del gobierno serian cultivadas y cosechadas con los mejores productos que llegarían a la despensa de los terratenientes. Sandra Acevedo una de las más audaces irrumpió hasta el último calabozo y fue allí cuando descubrió a un hombre ya decrepito y sin fuerza para moverse y hablar entonces, regresó hasta donde estaba yo Juana, y corrimos las dos para hallarlo en las peores condiciones. Al encontrar las fuerzas mayores, soldados especiales para matar nos amarraron golpeándonos presentándonos delante de Alvarado en condiciones atormentadas. Alvarado optó porque se nos atendiera de la mejor manera, limpiando nuestras heridas, a la Acevedo la envió apartada al encierro a un cubículo de 1m al cuadrado donde en el centro de su cabeza caía una gota de agua la que llamaban mazmorra, mientras las otras mujeres cantaban fuerte para despistar al enemigo, preparando lugares estratégicos por dentro del recinto. Que era lo que Alvarado pretendía… Cuando él envío una carta a Mambrú mi esposo lo hizo para que misma tomara la decisión de seguirlo, Alvarado desde muy joven me hacia la corte pero yo siempre le hice el desaire porque mi único varón fue siempre Mambrú, Alvarado no podía soportar que siendo tan hermoso como él era, blanco, rubio y ojos azules y, con buena posición yo Juana la reina repudiada me negara a su petición, que era la de casarme con él, por eso envío carta a Mambrú para que se viniera y aquí deshacerse de él enviándolo preso para que sus días se terminaran lentamente, como lo estaba haciendo y con muchos, encarcelándolos, matándolos de hambre, sed y en condiciones infrahumanas. Sandra Vargas que era abogada de los pobres había comprobado sobre los crueles tratos que les estaban dando a los presos políticos y entre ellos había uno que apodaban Calicua que en lengua quiere decir CUÁNTO QUERÉS que solamente era un pedigüeño que no le caía nada bien al gobernador ni a los subordinados y, estorbaba pidiendo al contorno del alcaldía ahora lo mandaba a lapidar sin tener pecado alguno juntamente con los otros. Costumbre que quedó decretada en el corazón de los malvados poderosos… la de mandar a matar a los que consideraban, pobres, feos, dementes o faltos de sapiencia, ángeles que tienen retenida su inteligencia que nacen para hacer sentir a los otros sensibilidad, pero no… porque en lugar de sentir compasión o conciencia son más torpes que estos todavía, tienen la conciencia suprimida, desnudos de alma, con rollos bajo el brazo pero con palabras muertas, naciendo para comandar sicarios, los sanguinarios que nacen para matar a sangre fría. Ahora la propuesta era qué, o me casaba con Alvarado el gobernador o Mambrú sería muerto en el paredón de fusilamiento junto a los otros que también habían cometido deslices dentro del regimiento. Lo desconocido nos provoca miedo y como una inocente avecilla Alvarado quiso que cayera en sus brazos haciendo uso de las amenazas, él pensó que yo iba a caer rendida cuando me puso la advertencia o mambrú moría o seguramente me casaría con él, lo que él gobernador no sabía era que todas ya conocíamos el calabozo donde pernoctaba mi esposo, que todas estábamos decididas y de acuerdo en rescatar a Mambrú hasta con nuestra propia vida, pero antes teníamos que liberar a Sandra que se encontraba sufriendo vejaciones y maltratos en la cárcel. En el proceso de nuestra vida siempre existe el miedo, surgimos del vientre con el miedo antes de ver la luz, ya lo tenemos… El miedo es un visitante que rebasa la vida con nosotros, lo traemos en nuestro ser para vulnerarnos y hacer de nosotros la pieza más infeliz o quizá para lograr avanzar, alcanzar, descubrir y obtener lo mejor de la vida. El miedo viene de adentro, su hazaña es en el vientre, allí se gesta y se apodera de la energía. Pero nosotras estábamos dispuestas a morir contra aquellos infelices subordinados de los oficiales que comandaba Alvarado. Una discusión surgió, teníamos que sortear las que iban a exponer su vida por la de Sandra y esta vez la suerte fue para todas, mujeres fuertes físicamente que mantuvieron una constante lucha contra los soldados que cabeceaban frente a las celdas y, con sus propias dagas los asesinaron, aquella lucha fue sangrienta. En peso levantaron a Sandra llevándola a un lugar seguro, luego se trasladaron hasta la celda de Mambrú mi esposo y atacaron a los hombres que cuidaban la entrada forcejeando con ellos saliendo triunfadoras. Mambrú sin comprender nada se dejó llevar hasta su alojamiento en palacio, reaccionó cuando ellas le contaron lo sucedido. Mientras con fuerza de voluntad, fruta exótica de las que llevaban de la despensa del gobernador y, masticándole tabaco fue sanando. Mientras yo dormía en mi habitación rodeada de cortinas blancas un enviado de Alvarado, me arrebató de la litera como se carga un gatito, cuando desperté me hallé en la habitación de Alvarado donde pude observar todo la ostentación que traían en barcos de España y que a los indios los ocupaban de mulas desde la bahía hasta las ciudades que conquistaban y donde luego se asentaban. Mientras él se disponía a hablar conmigo yo observaba todos sus movimientos, y me alegre cuando vislumbre algo así como un cofrecito que luego reconocí, era el cofre donde teníamos nuestra camándula, nuestro relicario y algunas cartas, cositas como caracolitos que tenían valor sentimental para nosotros, entonces Alvarado lo tomó y me lo entregó diciéndome que Mambrú había muerto en la misma batalla donde lloró Hernán Cortez, contándome una historia falsa lo cierto es que practicaban el secuestro y en este caso tenían a Montezuna, esa batalla Cortez la perdió contra Tlastecas y murieron muchos hombres españoles allí fue donde Hernán lloró, por eso le llamaron LA BATALLA DE LA NOCHE TRISTE. Discutíamos a gritos y Alvarado quería silenciarme acercándose a mí para abrazarme pero las mujeres actuaron rápido y nos encontraron junto con Mambrú que se estaba reincorporando de su tragedia, Alvarado quiso tomar la espada y yo con la ligereza de una valiente heroína le aventé una espada con su escudo a Mambrú y lucharon cuerpo a cuerpo, Alvarado huyó de aquella pelea reconstruyendo a doña Beatriz una cueva para poder vivir bautizándola CUEVA EL SILVINO, he allí su nombre Beatriz de la cueva de Alvarado, y todas las mujeres nos dimos un abrazo de liberación ideando en aquel momentos el usufructo pues todas abrieron sus propias empresas alrededor de la capital y Dolores Bedoya de Molina se quedó a vivir en palacio con su esposo. Entonces mi esposo Mambrú tomó el cofrecito y abriéndolo sacó todas las cartas que allí estaban engasadas con una cinta de cáñamo, cartas que nunca llegaron a sus manos porque Alvarado las guardaba. Nos abrazamos, nos besamos como nunca y desde ese momento fuimos felices. Brincamos todos los montículos que habían en nuestra vida y así logramos estar juntos para siempre en este libro titulado TE BUSQUÉ ENTRE MONTAÑAS Y BOSQUES. Propiedad intelectual de GRISELL ESMERALDA MORATAYA CASTRO Di no al plagio.

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